Comentario
El
poema y el comentario de la Llama de amor viva fueron compuestos
por Juan de la Cruz en el convento de los mártires de Granada,
en 1584 (o 1585), mientras era vicario provincial de Andalucía.
Fueron escritos en quince días, a petición de Ana
de Peñalosa, una de sus hijas espirituales preferidas. Hubo
un poco más tarde una segunda redacción, ligeramente
aumentada, pero los dos textos se situan después de la
Subida del Monte Carmelo, de la Noche oscura y de la
primera versión del Cántico espiritual (antes
del Cántico B que la cita).
Según
el mismo Juan de la Cruz, las cuatro estrofas de su poema se inspiran,
respecto a su estructura, en un poema de Garcilaso : la soledad
siguiendo... En cuanto al comentario, toma pronto el paso
de una confidencia libre, sin cuidado de divisiones ni miedo de
digresiones. Juan de la Cruz, sin la menor duda, tenía a
su destinataria presente en la mente cuando lo escribió.
La Llama es la última gran obra de Juan de la Cruz y expresa
la cumbre de su experiencia. Descubrimos en ella un aspecto poco
conocido de su personalidad : el polemista que echa la culpa a todos
los seudo-guías espirituales. Contra ellos, que a veces tutea
agriamente, reafirma fuertemente la prioridad de la acción
de la gracia y de la contemplación divina sobre la acción,
la obra y la meditación humana. Mas, que se trate de exposición
mística o de pedagogía espiritual, la Llama ha sido
escrita en caliente, en la pasión y la llama del amor, como
Juan de la Cruz mismo lo hace entender en su prólogo.
DECLARACIÓN
DE LAS CANCIONES QUE TRATAN DE LA MUY ÍNTIMA Y CALIFICADA
UNIÓN Y TRANSFORMACIÓN DEL ALMA EN DIOS A PETICIÓN
DE DOÑA ANNA DE PEÑALOSA POR EL MISMO QUE LAS COMPUSO.
Alguna
repugnancia he tenido, muy noble y devota señora, en declarar
estas cuatro canciones que Vuestra Merced me ha pedido ; porque,
por ser de cosas tan interiores y espirituales, para las cuales
comúnmente falta lenguaje, con dificultad se dice algo de
la sustancia, porque también se habla mal en las entrañas
del espíritu si no es con entrañable espíritu,
y por el poco que hay en mí, lo he diferido hasta ahora que
el Señor parece que ha abierto un poco la noticia y dado
algún calor. Debe ser por el santo deseo que Vuestra Merced
tiene, que quiza, como se hicieron para Vuestra Merced, querrá Su Majestad que para Vuestra Merced se declaren.
Aunque
en las canciones que arriba declaramos hablamos del más perfecto
grado de perfección a que en esta vida se puede llegar, que
es la transformación en Dios, todavía estas canciones
tratan del amor ya más calificado y perficionado en ese mismo
estado de transformación... Y en este encendido grado
se ha de entender que habla el alma aquí, ya transformada
y calificada interiormente en fuego de amor, que no sólo
está unida en este fuego, sino que hace ya viva llama en
ella.
CANCIONES
QUE HACE EL ALMA EN LA INTIMA UNION DE DIOS
1
¡ Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro ! ;
pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres ;
rompe la tela de este dulce encuentro.
2
¡ Oh cauterio suave !
¡ Oh regalada llaga !
¡ Oh mano blanda ! ¡ Oh toque delicado !,
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga ;
matando, muerte en vida la has trocado.
3
! Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con estraños primores
calor y luz dan junto a su querido !
4
! Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno
cuán delicadamene me enamoras !
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